-Soy Allyssa McGuire, aunque todos me dicen Ally.
-Todo empezó con un "Intercambio telefónico". Reto que al parecer, estaba de moda en el momento, pero, jamás me hubiera imaginado que cambiaría tanto mi vida como lo hizo.
-Brevemente, les contaré la historia de como él se convirtió en el amor de mi vida o... eso creía en ese momento, pero...
-¿Qué fue lo que salió mal?
-Ya entenderán a qué me refiero con ésto...
-No creerán que soy la única protagonista en esta historia, ¿O si?
-Como sabrán, esto me afectó, cierto, pero no solo a mi, sino que también a mi hermano, Dylan y a Stacy, mi mejor amiga.
-El quedó incluído el día en que me enteré, que alguien me había robado el teléfono, y así fue como el se ofreció a recuperarlo.
-Esa misma noche, en la cena, lo conoció a él.
-"¿De quién está hablando?"
-Se preguntarán. Bueno, hablo de Noah, el pesado de mi ex.
-Si, ya sé, "¡¿Tu hermano sale con tu ex?!"
-Pensarán algunos, pero créanme, aunque deteste admitirlo, lo mejor que le pudo haber pasado, es conocer a ese imbécil.
-Pues él es el amor de su vida, y ambos son perfectos juntos.
-¿Y? ¿Leerás éstas historias que para nada se acercan a ser un cliché ni un felices para siempre?
-Te reto a hacerlo...
Al defender a su familia de un asaltante y morir, Alicia es transmigrada a un mundo del matriarcado, donde las mujeres son el pilar y las que mantienen a la familia, mientras los hombres son los que se quedan en casa.
Lo más sorprendente para Alicia no es el sistema en el que se rige la sociedad, los hombres, que no solo son los que dan a luz, si no, que se dividen en dos.
Los oro, la clase baja que tienen tendencia a dar a luz a otros hombres.
Y los jade, la clase alta que tienen tendencia a dar a luz a mujeres.
No solo eso si no que al ser las mujeres un bajo porcentaje, las familias se conforman por un harem de hombres, los cuales no son vistos más que como máquinas de hacer bebés.
La imagen la saque de internet créditos de la imagen a: "Alya".