De adolescente las cosas que uno quiere pueden variar, una novia, un novio, un teléfono, una PC gamer de última generación, un automóvil, todo mundo quiere algo. A algunos se les concede... A otros no. La vida, sin embargo, sigue avanzando. A los que se les cumplió genial, a los que no, lastima. Siempre pedimos algo, quisimos algo o deseamos algo que no teníamos. Yo quería ir al mundo de un anime. Aunque ya en el año 20XX era común ver anime algunos años atrás los que lo veían eran tachados de raros y se les hacía lo que se conoce como "bullying". A mí solían molestarme, pero una vez se aburrían se iban. Así avanzo mi vida, conseguí empleo, trabaje, pensaba estudiar hasta que, un día, luego de abrir un libro cualquiera de una biblioteca una luz cegadora me cubrió y al abrir los ojos nuevamente todo a mi alrededor había cambiado. Me preguntaba qué había pasado hasta qué oí unas voces y mi corazón dió un vuelco mientras emociones muy profundas despertaban. -¡Lo logramos! ¡La invocación fue un éxito! Se me concedió lo que quería.
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