Fue extraño... No podía llorar, pero mi alma se encontraba hecha pedazos, los dioses que me crearon fueron los mismos que me condenaban. Mi vida había acabado y ahora solo era una mera herramienta para el beneficio de los dioses. El gran odio en mi ser solo hacía que me hundiera cada vez más. Un único pensamiento se mantuvo rondando en mi cabeza. No importa cuánto tiempo tarde, ni a qué infierno me tenga que sumergir, pero me liberaré de estas cadenas y les devolveré todo el sufrimiento que sentí. También.... La protegería a ella a toda costa. No importa si me tengo que enfrentar a los mismos dioses que me condenaron.