Louis, quien era naturalmente carismático y extrovertido, había tenido demasiados altibajos emocionales debido a los problemas que parecían gravitar a su alrededor. Encontrar a Harry, quien era en pocas palabras, todo lo que él no era: sereno y fuerte, le daba la seguridad y tranquilidad que por mucho tiempo había deseado tener. Para Harry quien tenía una vida aburrida y monótona llena de responsabilidades, enamorarse de Louis fue sencillo, el Omega se había deslizado suavemente bajo su piel y le había llenado los oídos de algodón. Solo basto una noche para que se encontraran por casualidad, y se dieran cuenta de que eran lo que ambos habían estado esperando con tantas ansias, aun cuando nada podría terminar bien.