Gilbert piensa mucho, al contrario de lo que suelen creer los demás. Piensa mucho en su trabajo. Piensa y repiensa en el tener que mantener un ojo por sobre los muertos a toda hora; que ya de por si es algo bastante arduo. Por esto es que también piensa en qué tanto entra en sus responsabilidades el tener que ayudar al hombre con la mayor fachada de aristocrático que había pisado ese lugar en tanto tiempo.