Existen amores de una noche que te siguen atormentando mil madrugadas después y, con la perspectiva de los años que ya han pasado, la cuestión de qué se podría haber hecho diferente retruena por cada centímetro de tu piel. Recordando aquel antiguo amor a los dieciocho, uno del que no ha podido desprenderse y al que siempre recurre en su cabeza, se pregunta si el hecho de que no pueda olvidarlo después de tanto tiempo es señal de que tendría que salir corriendo hacia él.