Adeline Targaryen. Primogénita de Rhaenyra y su espada juramentada Sir Harwin Strong. Muchos hablaban de ella, su cabello era negro y oscuro como la noche, pero tenía aquellos ojos violetas uno de los rasgos característicos de los Targaryen. Cada que iba al mercado con su madre se sentía incomoda, podía ver a las personas observándola de más y murmurando cosas sobre ellas. Cuando su madre murió Adeline terminó en un prostíbulo de la Calle de la Seda y pensó que todo estaría perdido hasta que vio a ese par de hermanos que se peleaban como si no hubiera un mañana. -¡ Suéltalo! - le grito al platinado que golpeaba a su hermano -¡ Le estas haciendo daño! Aemond levantó la vista y se quedó atónito cuando vio aquellos ojos violetas. -¿ Quién eres? - pregunto y Aegon se levantó para mirarla -¿ Te conozco? Adeline frunció el ceño y al fijarse en sus cabellos hizo una pequeña reverencia. -Lo siento, príncipes - se alejo de ellos y ambos la siguieron. -Te hice una pregunta, responde - el tono de Aemond demandaba autoridad. -Me llamo Adeline y no me conocen - se alejo como pudo perdiéndose entre la gente dejando a aquellos hermanos más confundidos que nunca. Y esa misma noche Aegon y Aemond encontraron su destino.