En el inicio, tras un acontecimiento en la tierra que cambió al mundo, se creó un gemelo alterno en otro plano dimensional, separado pero a la vez estando en la misma posición que el planeta original se creó el mundo espejo, un planeta donde la vida progreso sin los humanos y las reglas físicas y existenciales se formaron de diferente forma.
Desde el núcleo de la vida nació una diosa llamada Selene quien junto a la sabiduría de los espíritus y almas que la conformaron, la llenaron de vida y conocimientos más allá del límite primigenio y salvaje que vivía el planeta.
Pero Selene supo saber la diferencia entre adaptarse al entorno que vivían las criaturas quienes se masacraban entre sí por su supervivencia y evolucionar a crear maravillas en este mundo joven.
Para ayudarles Selene sacrifico su escensia y integridad única y divina repartiendo su propia fuerza vital a través de las criaturas que conformaban el mundo espejo, pero Selene no desaparecería así no más.
Aunque Selene quedaría en el pasado, no sin antes dar el manto sagrado de la protección a los lobus, la variante más salvaje y feroz de los lobos de la tierra, los convirtió en una especia inteligente y dominante de su mundo, para que pueda proteger este mundo de las próximas amenazas.
Para ayudarles Selene creo una fuerza psicológica que permitía a los canes avanzar como otra civilización debido a su carencia de extremidades qué gozaba la raza humana, de esa manera ubo paz y prosperidad por generaciones hasta llegar a la época de la corte que ese sería la era donde la raza recién formada los canes no se distinquirian de los humanos.