Cada uno de nosotros, tenemos un destino.
Mel lo sabía.
Su destino, aquella noche, era encontrarle a él. Lo supo en cuanto se besaron por primera vez en ese pub donde habitualmente pasaba sus noches de universitaria alocada.
Amarle y compartir su vida con su compañero del corazón, fue su destino.
Perderlo, también.
Ahora, tras 15 años viviendo un amor mágico, tenía que aprender de nuevo a vivir en un mundo sin él. Sin su sonrisa. Sin sus bailes locos en su hogar. Sin sus risas bajo las sábanas los sábados por la mañana. Sin su estridente voz de barítono desentonando en la ducha.
Y no sabía cómo lograría despertar cada mañana, respirar, y vivir en un universo sin él. Sin su costillo. Sin su mitad. Sin su esposo.
Pero el destino es caprichoso y Mel descubrirá que todos tenemos una nueva oportunidad para amar.
Lo que menos podía imaginarse, es que esa oportunidad se presentarse con la persona que menos podía esperar.
Alguien que llevaba sin ver desde su adolescencia.
Alguien por el que ella había sentido sus primeras mariposas.
Alguien... que ni siquiera sabía que Mel existía en esos años que quiso en silencio.
Pero... ya no era la tímida Mel.
Ahora sabía lo que era amar de verdad. Se lo había enseñado su esposo durante todos esos años de ensueño que vivió a su lado.
Y Mel, creía que la magia en su vida había desaparecido junto con él.
Pero el destino... le tenía preparado algo que ni ella misma esperaba encontrar de nuevo...
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...