Olivia Mainhill, es una chica que si bien es común y corriente, tiene algunas aficiones particulares. Como escaparse de clase con su mejor amiga, Josefina, para ver los entrenamientos de un chico que poco nota de su existencia o al menos eso pensaba. Pero además, encuentra refugio en páginas de libro, pasando horas y horas imaginando escenarios que solo existen en su mente.
En su corazón, Francisco es aquel Rugbier que roba sus suspiros, observándolo desde las sombras. Pero, alguien más toca la puerta y quizás hasta logra capturar su corazón, Jackson, un rubio que parecía ser introvertido se presenta en la biblioteca donde Olivia pasaba su tiempo de calidad, y créeme, Jackson no se ve nada mal.
Ahora Olivia se encuentra en un dilema, que solo el tiempo responderá: ¿Qué es más fuerte? ¿Aquella obsesión por el castaño musculoso o, aquel encuentro inesperado con el rubio intrigante?
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.