Él no era el hombre perfecto. Aunque lo parecía. Ella no era la chica perfecta, y a su lado, se notaba aún más. Tenía celulitis en las piernas, su cabello no se veía bien a menos que lo alisara. Ella amaba comer, y él hacerlo para ella. Encajaban demasiado bien, demasiado para que el destino lo permitiese.