Sus almas explotaron en miles de cristales rotos, deteniendo el tiempo hace muchos años. Las penas y el alcohol son grandes amigos porque se destruyen uno al otro sin piedad, y desgarran los recuerdos dulces convirtiendo el universo en un mar de tinieblas. No hay besos, ni caricias, palabras de aliento. Ya no queda nada que contar. O quizá sí, quizá haya un mundo donde nada es como es. Donde cada uno se descubra a sí mismo. Quizá, Polly y Nicholas no puedan unir sus vidas otra vez pero sí otras almas reconstruyan esas esquirlas sangrantes. Cómo duele que el amor se ahogue en una copa de champagne.All Rights Reserved
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