Siempre quise saber que se sentiría caer por un precipicio. Imagino que sería algo parecido a subir a una montaña rusa. Adrenalina pura, en ambos puedes morir, pero sólo una es una forma directa de morir, la otra está disfrazada en una atracción.
Creo que tengo un agudo problema de adicción a la adrenalina. En los últimos diez años, me he puesto en situaciones que: o bien podían dejarme con un brazo roto (cómo saltar de un árbol de tres metros; lo hice a los once años) o bien matarme (claramente, eso no sucedió porque sigo aquí, pero nada impide que vaya y me estrelle la cabeza contra el pavimento un día de estos). A mis diecisiete años, muchos podrán decir que quiero llamar la atención. Pero lo cierto es, que estoy en busca de algo. Hay algo que me falta, algo que me haga sentir vivo. No soy un idiota que lo único que hace es arriesgar su vida por diversión. Está bien, me divierto, pero tengo un verdadero propósito, y quiero buscarlo y prefiero morir en el intento, que quedarme quieto y fingir que tengo una vida feliz y plena, cuando no es así.
No espero que lo entiendas, muchas veces ni yo lo hago. Pero, para que tengas en cuenta, a la hora de cruzarte en mi camino, que me preocupo muy poco por mi vida.
Él es el único peligro presente cuando está cerca .
Ella es su tentación.
Él es un indiscutible error .
El señor de la oscuridad en Nueva York , el único que puede mostrarte que es el temor con tan solo una mirada .
Nadie nunca a logrado domar su corazón tan negro como la misma noche , él no tiene ningún tipo de remordimiento por nadie , no le importa nadie con tal de seguir en el poder .
Hasta que llega ella .
Que lo hace cambiar no tan solo de idea sino que lo hace mirar más allá de la lujuria .
Inicio de publicación 29_9_2024