Junkyu vive una relación de abuso por su actual pareja. Cada día suplica al cielo que alguien lo salve del infierno del que no podía escapar. Un día, un joven universitario se muda a la casa de al lado, escuchando todas las noches ruidos y gritos extraños en la casa de al lado, bastante extraño, pues ya había convivido con su vecino, un joven muy amable que vivía con su novio, alguien que no hablaba mucho y que no salía casi nunca de su casa. Y no es hasta una noche en la que en medio de la gran tormenta el mismo joven tímido llama a su puerta con desesperación, lleno de golpes y sin poder mover un brazo le suplicaba que lo dejara pasar. Haruto lo ayudó, sin saber en lo que realmente se estaba metiendo al aceptar ayudarlo.