Ya no tengo razones por las cuales vivir. Pido perdón a aquellas personas que intentaron ayudarme pero no pudieron salvarme de mi mente suicida, van pasando los días y esa caja bien escondida al final de mi armario se va llenando de cartas; no cualquier tipo de cartas, sino cartas de despedida, ya lo tengo todo planeado. ¡¡VOY A IRME!! Pero esta vez es definitivo, no volverán a verme nunca más y eso será mucho mejor, no solo para ellos, sino para mí también. Mejor dicho para todos....