Por primera vez en su vida, Loid deseó que el tiempo corriera más lento. Su corazón golpeó fuerte, sus temores crecían con la caída del sol y en la cumbre de su tensión, reconoció que el mejor ex espía de Westalis había sido derrotado: ¿cómo podía oponerse al cambio de apellido de Anya, si su felicidad dependía de ello? ¿Por qué le costaba tanto aceptar que "su niña" iba a casarse?