Romero estaba enamorado del coreano del super. Son, el coreano, babeaba por Lisandro; el carnicero del supermercado de sus padres. Y Lisandro era un disparo al aire. Al Cuti lo consumía la envidia por Lisandro que se terminó transformando en odio, pero ¿cuánto tiempo le duraría mantener ese desprecio por Martínez a Romero?