El Perfecto Caos Que Somos

Habían pasado cuatro años.

Cuatro largos años desde la última vez que lo ví.

Cuatro años desde que me dejó sin motivo ni explicación, simplemente una noche se fue y no volvió. Nunca llamo y nunca me busco. No hizo nada de eso luego de que me prometió que siempre estaría para mí, pero al parecer, el no era alguien que cumplía sus promesas.

Pero ahora el había vuelto, el mismísimo Sebastián Montenegro estaba de vuelta en la ciudad, convirtiéndose en el Rey de esta, poniendo a todos a sus pies y creyéndose invencible. Y con la tonta idea de "recuperarme".

Lo que el no sabía era que yo ya no era la misma niñita tonta que vivía y respiraba por el, ahora era alguien que quería estrangularlo con sus propias manos. Ya no era esa tonta niña que iba en contra de las reglas de su familia solo para estar a su lado rogando por un poco de su atención.

Ahora era alguien totalmente diferente.

Alguien quien le guardaba rencor.

Sabía que el haría todo para volverme a tenerme comiendo de su mano, pero eso no pasaría, si el Rey quería jugar de nuevo, esta vez lo haríamos a mi manera.