Que nerviosa se sentía, le temblaban las piernas. No recordaba, o eso creía, haber pasado un día tan emocionante como ese. Su cumpleaños número doce.
No podía dejar sus manos quietas y se mordía el labio,nerviosa.
Su padre le había dicho que su regalo estaba en las caballerizas. Se podía imaginar perfectamente cuál era su regalo.
Respiró y entró al lugar sola. Aquel familiar olor a caballo y paja entró por su nariz. Lo respiró aún más... quizás fuera la última vez que lo hiciera.
Entró y miró a su alrededor, para luego mirar hacia el frente. Su regalo estaba allí. Una amplia sonrisa surcó su rostro, y sin poder evitarlo apresuró sus pasos hacia él.
Siempre quiso un caballo blanco y al fin lo tenía. Mordió su labios de nuevo, y disminuyó el paso. Un nuevo sentimiento acaparó toda su emoción. Tenía miedo. Era lindo, pero era muy grande para ella en ese entonces, y no sabía como iba reaccionar.
-No le tengas miedo -escuchó la voz de alguien más en ese cuarto,una voz familiar.
Finalmente la Segunda Guerra Magica ha llegado a su fin y de eso han pasado 5 años. La redención era la nueva cara del mundo magico.
Ahora Hermione Granger era un elemento indispensable en el Ministerio de Magia, su vida era pefecta rodeada de buenos amigos y creciendo en el mundo laboral.
Sin embargo como buena nacida de muggles, al sentirse mal decide acudir aun hospital muggle. Mientras espera su turno en la sala se cuentra con un libro. Resulta ser el diario de un ex compañera de clase, Draco Malfoy, en el cual escribe que le quedan sólo unos cuantos meses de vida, debido a una enfermedad cronico degenerativa.