Queda poco de su vieja vida y ese poco también parece querer irse. Si sentarse 45 minutos 2 veces a la semana es lo que se necesita para alargar lo inevitable, lo hará. No puede cambiar quién es y ha empezado a olvidar si existía una razón para hacerlo. Espera y espera el inevitable final, pero quizás hoy deje de llover. Maitake.