En los pasillos del supermercado más viejo del pueblo, el nacido en 2006, se manifiestan entes y sucesos extraños. Desde hace meses que las vacantes nocturnas de guardias de seguridad se ocupan y dejan de hacerlo al pasar de unos días, y los puestos para mantener limpia y acomodada toda la mercancía ya ni siquiera existen. Los altos mandos del negocio lo saben, pero no están dispuestos a hablar; no les interesa perder más nuevos empleados.
Oscar Rivero, un joven de dieciséis años que entró por necesidad, vive su primer día como cuidador de pasillos. Pero al llegar la madrugada, poco a poco empieza a encontrar cosas que sus ojos no captaron en el primer rondín. Comienza a creer que son ilusiones causadas por el sueño. Sin embargo, confirma que no es así cuando cerca de la entrada, donde se ubican las alargadas ventanas, se halla con Gonzalo: un señor desconocido con un viejo atuendo color café que, por alguna extraña razón, le trae de vuelta a su infancia... y a los recuerdos más oscuros de ella.