Sarah Lester es una detective con una rutina demasiado agotadora debido a una situación particular. Su veneno es desconfiar de todo mundo, y hace tres años su círculo se redujo a solo dos personas: Olivia, su mejor amiga y Dex, su pastor belga.
Connor Clark es un magnate, dueño de su propia empresa e inversionista en otras, pero, del otro lado del telón, es el líder de una de las mafias con más influencia en la ciudad. Su actitud es dominante, se cree dueño de todo y, bueno, no se equivoca. Aunque tiene una pequeña obsesión por controlarlo todo.
¿El colmo de esto? Está obsesionado con la detective.
Cuando ambos se conocen por "primera vez" Sarah no puede negar una atracción hacia Connor. Pero, un ligero tropiezo que él cometa, está deshecho. Y aunque intente acercarse, nuestra detective no será tan fácil de convencer.
Ya veremos si esa postura continúa en cuanto vea la verdadera cara, y la más oculta, de este mafioso.
¿Podrá seguir con su vida como antes de conocerlo? ¿O cambiará de opinión acerca de la otra cara de la moneda?