En la época colonial, cuando de noche es, se comete un crimen lejos de ojos de todos... O casi todos pues hay un testigo... La culpable corre para esconderse, para no ser encontrada y posteriormente con severidad castigada por las autoridades. ¿Quién le daría asilo y escondería a una criminal? ¿Quién abriría sus puertas a una pobre chiquilla vagabunda que corre? Pues nada más y nada menos que la casa de Dios la esperaba para darle refugio... O tal vez para castigarle por los pecados cometidos.