-Ya sé a quien mandar a decapitar una vez sea la Reina, prometo matarte con mis propias manos, Jimin- escupió Minjeong, mientras el filo de la espada de Jimin cortaba levemente su cuello.
-Descuida, princesa, te cortaré la cabeza antes de que puedan ponerte la corona- advirtió Jimin, empujando lejos a la rubia irritante.
Minjeong vió odio en alguien que se suponía que era incapaz de sentir tal emoción. .
Jimin vió amor en quién no lo podía demostrar.
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-¿Estás segura de que es lo correcto? Yizhou, después de hoy no habrá vuelta atrás- Aeri miraba con preocupación la flecha que estaba por disparar.
-¿Confías en mí?- suavizó Yizhou.
-¡Claro que sí!-
-Entonces sigueme. Tu confía, yo controlo-
Aeri cerró los ojos, esperando el mejor resultado. Confiaba en que al lado de Yizhou seguro resultaría. Y aún sino, pues bien, seguir normas tampoco era lo suyo.
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Diferentes historias en un mundo condenado y reducido a una fracción por culpa del caos. Los humanos lograron imponerse como dominantes y resguardarse trás una barrera que los separaba del caos, los monstruos y la muerte que merodeaba a las afueras.
La humanidad tenía en contra a la tierra misma. Y habían verdades que necesitaban ver la luz.
Jimin, una huérfana que no recuerda su pasado. Minjeong, una princesa y guerrera del más noble origen. Yizhou, expulsada de su hogar porque sus propios padres le temían. Aeri, quién dejó la comodidad de su hogar, haciendo a un lado su título.
Se sumarán al tumulto de participantes que posiblemente no regresen de aquel tonto juego.
Viserys Targaryen nació con sangre de dragones y, sin embargo, vivió su vida en el exilio. Era un príncipe con un reino perdido y un legado que se desvanecía, un bastardo inmaduro que murió de una muerte lamentable. Desafortunadamente, esa misma muerte me estaba esperando ahora... mientras me encontraba en su cuerpo justo antes de que el oro fundido me fría el cerebro.
Sí. Que le jodan a Khal Drogo y a la corona fundida.
Con los recuerdos de otra vida, en este mundo de traición y juramentos rotos, tuve la oportunidad de forjar un nuevo destino para mí. Armado con el conocimiento del futuro, mi propia astucia y [el Sistema del Dragón], tomé la decisión de huir de los bárbaros Dothraki y recuperar lo que era legítimamente mío.