Su rostro se volvió de un enfermizo color gris mientras sus ojos se posaron sobre la puerta de su oficina. Al fondo, fuera de su lugar de trabajo, justo a la gran fotocopiadora que tenían los archivadores, donde la luz parpadeaba tenue a punto de fundirse, la miró: Allison. Al siguiente parpadeo, ella ya no estaba.
Se recargó en su silla mientras se pasaba las manos por el rostro y luego por su cabello, peinado hacia atrás en un intento de parecer más serio y profesional, por supuesto que muchas veces su TDAH no le servía de ayuda, pero sí. Estrés. Delirios. Ilusiones. Trastornos. Ajá, Allison. Stiles ni siquiera estaba seguro desde hace cuanto comenzó a verla, podían haber sido días, semanas... o simplemente había comenzado el día anterior, pero de nuevo, no estaba seguro.