Para llegar a la felicidad primero se debe pasar por el dolor. En algún momento de mi vida escuché esta absurda frase, creía que si sufría mucho en un futuro sería muy feliz. Tonto, estúpido e ilógico, tres palabras que también me describen. No tengo la menor idea de lo qué hago con mi vida, solo siento que cada día pierdo un poco más de mi alma. La pintura es mi razón de existir, es la manera en que mi alma es libre y puedo sentir que estoy vivo, donde puedo permitirme ilusionarme con ser feliz en algún momento. Quiero sonreír, quiero ser feliz sin la necesidad de ocultar todo mi dolor en lo más profundo de mi corazón. Lamentablemente, no sé cómo cumplir ello; dicen que todo pasa y que quizás exagero mi dolor. ¿Realmente es así? El querer implica tantas cosas, el anhelar lo imposible, solo soy Joshua, un adolescente cargado de dolor que busca a través de esta historia una manera de liberarse, y demostrar que no siempre el sufrir te lleva a la felicidad o que todo libro tiene un final feliz. Portada realizada con la ayuda de Laura M.