Alana Acosta lleva una rutina tranquila en su día a día: trabajar, ir a casa, descansar y prepararse para el día siguiente. Un plan muy básico. Vivir de esa manera es lo que le ha dado la estabilidad y la tranquilidad que necesita, ya que gracias a aquella monótona rutina es que Alana consigue el refugio que necesita para no estallar. Porque detrás de aquella chica normal, que sonríe todos los días a la gente, esconde una depresión aguda y un trastorno de estrés postraumático que la consumen día a día. Alana es como un frasco de vidrio a punto de quebrarse; aparenta ser feliz cuando por dentro se siente derrotada y piensa que la vida no es para ella. Pero el destino da muchas vueltas y es ahí cuando la vida le trae a alguien capaz de demostrarle lo contrario, alguien que la ayuda a reconstruir esos pedazos que poco a poco han ido cayendo de sí misma. Porque muchas veces la esperanza toma forma de persona y Alana estaba a punto de conocerla. ADERTENCIAS: ESTA HISTORIA TRATA TEMAS SENSIBLES COMO LA DEPRESIÓN Y LA VIOLACION. SE INCLUYE ESCENAS FUERTES COMO SEXO SIN CONSENTIMIENTO EXPLICITO.