Lara, una chica que no tiene ningún objetivo planeado.
Erick, un chico problemático para el pueblo, pero para los ojos de la persona correcta es totalmente lo contrario.
En el pueblo de las afueras de Londres todo ocurre con normalidad hasta que un suceso cambiará el transcurso de dos personas, que sin conocerse nada, hará que una simple mirada lo diga todo.
Porque cuando dos almas se conectan más que el resto, se encontrarán entre la multitud, donde habrá un destino, una historia, y un adiós.
Porque cuando algo empieza, siempre habrá un final.
Una historia donde habrá mil batallas, mil miradas y una unión, la unión de dos almas creando algo más que un universo.
¿Qué pasara si hay algún agujero negro? ¿ O si hay una salida a algo eterno?
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.