Aquella tristeza esparcida que se derrama del vaso, ese momento en el que las plegarias fueron insuficientes. Ese momento en el que te grapan y te perforan, te cortan y te arrugan. Aquella historia en la que el dolor se extiende hasta explotar. Ese momento en el que gritas pero no te escuchan, ese momento en el que te aislas de todos, cuando el dolor te vence, la pluma se queda sin tinta, y la libreta sin páginas. Esa duda que te queda sobre tu existencia, ese vacío que se llena de preguntas. Incertidumbre.