Durante toda su vida, Jackson Wang ha sido esa presencia casi invisible a la que todos conocen, pero nadie presta atención. Ha asistido a todos los bailes de la aristocracia de Londres, cada vez más acostumbrado a su papel de muchacho callado, al que nadie saca a bailar si no es por la insistencia de algún piadoso omega. A sus veintiocho años, ya se ha resignado a ser un solterón destinado a pasar sus días cuidando a su madre. Pero de repente, un buen día, comienza a descubrir la fuerza que late en su interior. Una fuerza que sorprende a todos, y especialmente a Kim Jinyoug, el soltero más cotizado de la ciudad, que durante toda su vida ha considerado a Jackson como un hermano pequeño. Pero como siempre pasa, cuando se desata una fuerza largo tiempo dormida las consecuencias pueden ser imprevisibles...
La madre de Jane Aubrey, tras un intento desesperado por conseguir dinero, vende a su hija a los gemelos Caracalla y Geta como sirvienta.
Estos despiadados gemelos se aprovechan de la menor y le arrebatan su pureza, sin saber que sus juegos iban a tener graves consecuencias.
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Jane Aubrey acaba cayendo en una grave dependencia emocional, y desarrolla el tan conocido síndrome de Estocolmo, que le impedirá seguir conllevando su vida con normalidad.
Por su parte, Commodus aparece de nuevo para hacerse con el trono y pone en peligro la ciudad de Roma y la vida de la menor, pero Geta no dejará que eso pase. ¿O sí?