Las llaves de los dioses: un viaje entre mitos y memorias
Dicen que hay viajes que uno planea... y otros que lo eligen a uno. Este no comenzó con un destino, sino con una ausencia. Con heridas invisibles, con silencios que gritaban más fuerte que las palabras.
Ezra buscaba estabilidad para su hija Maya, aún arrastrando viejas cicatrices. Luna huía de su propio miedo a la soledad, refugiada en la alegría constante, sin atreverse a mirar dentro. Maya, aún en plena adolescencia, creía haberlo visto todo, pero no entendía que su alma cargaba una nostalgia heredada.
Lo que comenzó como unas vacaciones truncadas se transformó en un llamado imposible de ignorar. Grecia, tierra de dioses dormidos y ecos olvidados, les abrió la puerta hacia lo desconocido. Pero no era solo un viaje por ruinas antiguas o templos caídos: era una travesía hacia los confines de su propia historia, de sus miedos, de sus verdades.
Entre llaves de obsidiana, pergaminos vivos y dioses que aún susurran entre las piedras, Ezra, Luna y Maya se ven envueltos en una guerra ancestral que ha permanecido oculta por siglos. Y pronto descubrirán que no basta con sobrevivir al destino.
Hay que elegir qué parte de uno está dispuesto a sacrificar para cambiarlo.
