Tengo la sensación de que si la miro por un largo tiempo,
ella se dará cuenta, y por una vez en toda su vida, me mirará también.
Tengo la sensación de que si hablara con ella podría
encontrarme a mí mismo. Podría volver a ser como antes. Como cuando no la
perseguía por los pasillos, y no me quedaba mirando a su mesa en el recreo.
Cada vez que la veía, me encontraba a mí mismo.
Y es gracioso, porque mientras ella tardaba en verme, yo me
demoraba haciéndolo.
 
No expreso mucho, pero hablo demasiado.
No me presta atención, pero yo se la regalo a ella.
 
Nunca había comparado a una chica con una flor, pero con
ella me daban ganas de escribir mil hojas describiendo la forma en la que es
tan frágil como una rosa, y tan dañina como sus espinas.
Quiero memorizar cada rasgo de su cara, porque es la más
hermosa que nunca se verá.
Quiero memorizar sus ojos, y el color apagado en ellos.
Quiero memorizar su sonrisa que nunca sale a la superficie. Quiero
conocer una mueca que no sea de desagrado. La quiero a ella.
 
Se levanta de su mesa y se va con caminando con una chica
gótica.
 
Tomo coraje y yo también me paro. Voy hasta el tacho, y tiro
el jugo que estaba tomando. Camino hacia ella. Con el corazón en la mano. Y
cuando paso a su lado, la miro, y me tropiezo con mi propio pie cundo me nota
por primera vez.
Veo embobado sus ojos dos segundos antes de que ella corra
la vista y siga caminando.
 
No puedo moverme. Probablemente parezca un idiota, pero no
me importa, porque ella me miró.
 
Y ahora se con toda la certeza del mundo que la amo.
 
 
 
 
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las galaxias y demás.
Y así como adora eso, también tiene una gran afición hacia la persona y canciones de Jayden Blackwood.
Cómo cualquier fanática normal, sueña con tener un encuentro fugaz con aquel a quien llama ídolo. Poder coincidir al menos en una mirada, un roce o tal vez en alguna interacción por redes sociales, pero así como sueña con eso, sabe que es imposible que aquello suceda...
¿O no?
Paris Smith se ve envuelta en ese momento que toda fan desea tener con esa persona a la que admira, cuando por culpa de un pequeño accidente sus vidas se ven entrelazadas de un momento a otro.
¿Quién diría que un encuentro tan fugaz como un suspiro podría unir a dos personas de distintos mundos?
¿Quién diría que una chica que tiene la nariz metida en libros de astrónomos famosos podría coincidir con alguien que ama los reflectores y los aplausos?
Y sobre todo ¿Quién diría que una chica normal podría involucrarse con una super estrella?