- ¿En serio eres la princesa del Reino del Sol? - Preguntó la Alfa de rubios cabellos y mirada azul. La Omega asintió apretando los labios mientras sentía un tipo de nervios recorrer su piel al ver a la otra con su expresión dura. - Entonces no deberías rondar por las tierras prohibidas. Solo los habitantes del Reino de La Luna son los que pueden andar por este bosque. ¿Cómo es que has llegado hasta acá? La Castaña miró por dónde había venido. Que ahora no sabía exactamente cuál era el camino directo a la salida de aquel bosque. Volvió su mirada a la chica rubia quién esperaba respuesta por esta. Sabía que aquella era simplemente a la persona menos indicada para encontrarse y peor en las tierras de aquella. Se subió de hombros y fue sincera con aquella que la había salvado de los Lobos hambrientos. - Solo quería escapar de un Alfa egocéntrico que se cree el centro de atención y que sólo quiere mi mano por su conveniencia. Fue entonces que decidí irme del lugar donde estábamos y quise tomar un atajo por el bosque. Sinceramente fue una mala idea, porque si te soy honesta, creo que me he perdido. - Admitió con la cabeza en alto pero aún así sintiendo el como sus mejillas se tornaban a un rojo carmesí por la vergüenza que estaba pasando frente a aquella Alfa. - Me disculpo por mi falta de respeto hacia las leyes ejercidas por tu Reino pero por favor. Perdóname la vida si eres una Alfa de buen corazón. - Suplicó con sus manos y con cierto temor a que ésta no tuviera compasión de ella. Mina soltó una risa sarcástica antes de ver con burla a la Princesa del Reino del Sol. ¿Quién creía que era; una despiadada? Confirmó su duda cuando esta bajó la cabeza mostrando sumisión ante ella. Arrugó su ceño, no le gustaba que pensaran de ella cosas que no eran ciertas. Historia Original. No Copias u adaptaciones sin mi permiso.All Rights Reserved