Aquí me encuentro, convocada por el destino,
soy la Dama de la Oscuridad, la Muerte en su camino,
soy el fin inevitable, la última estación,
la guía hacia el más allá, la eterna transición.
Pero hoy, por un instante, soy solo una espectadora,
de la vida de un viejo amigo, de su historia seductora,
veo su hogar cálido, su rostro cansado pero sereno,
y siento la grandeza de su alma, su espíritu pleno.
Cada huella en su cuerpo es una historia en sí misma,
cada arruga en su rostro, una experiencia sin igual,
y aunque sé que su tiempo se acerca a su fin,
por ahora, solo estoy aquí para observar y sentir.
Sus triunfos y sus luchas, su sufrimiento y su dolor,
son las piezas de un rompecabezas, la esencia de su amor,
cada experiencia vivida, cada paso en su camino,
son un reflejo de su alma, de su espíritu divino.
Pero el tiempo no perdona, su luz se va desvaneciendo,
la Muerte está aquí presente, el final se está acercando,
mi viejo amigo pronto partirá, su alma volará,
y yo, la Dama de la Oscuridad, lo acompañaré.
El vacío que dejará en la vida de quienes quedan,
será inmenso e insondable, la tristeza se despliega,
pero en la transición hacia lo desconocido,
su alma será liberada, su destino cumplido.
Así que, querido amigo, mientras te acompaño,
en tu travesía final, recuerda que no estarás solo,
yo estaré a tu lado, como siempre lo he estado,
y juntos cruzaremos el umbral, hacia la eternidad.