- ¡Cerrá el orto! ¡Mirá lo que sos, un desastre! - Mi corazón se apachurró.
- ¿Lo soy? - Dije entre lágrimas.
- ¡SOS PEOR QUE ESO Y AÚN ASÍ TE APOYÉ!
- ¿¡Acaso yo nunca te apoyé!? ¡Yo soy un desastre, pero vos sos la destrucción en persona GIL!
- Que mierda voy a destruir yo si arreglo todas tus cagadas, tarada -
- Me destruiste a mí Tomás - se quedó en silencio, sin mirarme a los ojos - te destruiste a vos también; y lo peor es que sos tan egocéntrico que ni si quiera te das cuenta, ¡ESTÁS SUMIDO EN LA MIERDA Y AHÍ TE QUEDARÁS!
Salí corriendo pero...