Acabo de despertar de un sueño que parece haber durado días. Era uno de esos fatigosos y agobiantes de los que te despiertas sudando de los pies a la cabeza. No lo recuerdo, ni tampoco lo q haya sucedido anteriormente, y mucho menos cómo he llegado hasta aquí. Estoy nerviosa, fatigada, perdida... Entonces, reparo en la estancia: Tiene un aire a típica habitación torturada por los años y carcomida por las termitas, sus proporciones son bastante pequeñas para el mobiliario que albergaba allí, una cómoda que parecía tener unos 100 años de antigüedad se encuentra al lado de la destartalada cama en la que me encuentro; grandes cajas, probablemente de mudanza, se apilan en una esquina y un juego de 3 sillas y una mesa circular decoran el fondo del cuarto. En ese momento mi atención se desvía hacia un gran espejo de pie que estaba entre las cajas de mudanzas, me acerco tambaleante, estoy débil y sin fuerzas, y aparto algunas de ellas para después encontrarme con mi reflejo... ¿esa era yo? Mi