Segunda parte de "La ciencia de tu amor".
Otra historia inconclusa firmada por el destino.
Después de seis años desde la última vez que los ojos de ambos se vieron los unos a los otros, cargados de dolor y desilusión, tendrán la oportunidad de volver a encontrarse.
Con ambas vidas hechas y derechas (o no tan derechas), lejos del otro, tendrán que tomarse un tiempo para reconocer sus emociones y sentimientos, acomodar sus recuerdos, y tomar decisiones.
Matthew Charles, antes reconocido como "el hombre perfecto" e intachable, ahora hundido en los problemas resurgidos de su pasado, más problemas consigo mismo de los que tuvo alguna vez, perdido en los brazos de Julieta Andrade.
Samanthe Christians, con frecuencia llamada "la alumna que se metió con el profesor Charles" en sus últimas semanas de preparatoria, cuando su vida se había vuelto un infierno, años después pudo recuperar el brillo y rumbo de su vida, convirtiéndose ahora en "la señorita Christians" para todos aquellos niños.
Para ambos, imposible de olvidar aquellos ojos que se mantenían en sus recuerdos.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.