𝐂𝐡𝐢𝐜𝐨 𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫𝐞𝐬 & 𝐬𝐞ñ𝐨𝐫𝐢𝐭𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐚

Jeremiah era ambicioso, arrogante, posesivo y manipulador.

¿Sus virtudes?

Por supuesto, en realidad tenía un corazón frágil..., tanto que todas sus armaduras habían intentado proteger las heridas de su alma.

Annelise era dulce, comprensiva, inocente y correcta.

¿Sus defectos?

Por supuesto, se creía perfecta..., tanto que había sido un golpe bajo comprender que en realidad no lo era, conocer el egoísmo de su alma.

Dicen que los polos opuestos se atraen. Él parecía lleno de defectos y traumas sin sanar; ella parecía sana y sin reservas al entregar su amor. No todo es lo que parece. Nadie es perfecto ni completamente imperfecto, porque incluso en las crónicas de esta desastrosa historia protagonizada por un chico errores y una señorita perfecta, en él no sólo hubo errores y en ella, desde luego, no sólo perfección.