¿Sabes ese momento en que crees que tu vida es tranquila y te ves capaz de manejarla? ¡Já! La mía, de una semana para otra, cambió radicalmente. Me fui de Guadalajara a Guadalajara y tiro porque me toca. En realidad, me tiraron, pero metidos en la aventura no me iba a negar. El caso es que me monté en aquel avión y me dispuse a sobrevivir en un país en el que no conocía a nadie. Y, bueno, entre que soy algo intensa, no tengo filtros y me resbala todo bastante..., mi incursión en México no fue precisamente un campo de rosas. En fin, casi es mejor que lo descubras tú, créeme, merece la pena.
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