Entre Pedri y Gavi crece una amistad increíble, única, pero Pedri tiene un secreto. Es bisexual. Un día decide contárselo a Gavi y su amistad toma un rumbo totalmente diferente. Al sevillano le empieza a gustar jugar con Pedri, a provocarle sexualmente para ponerle nervioso, pero sobretodo, le gusta ser cariñoso con él. El canario, por su parte, no se queda corto y provoca a Gavi de la misma manera, consiguiendo disfrutar ambos de ese juegecito que se traen entre manos, y desarrollando entre ellos una relación de amistad muy cercana, pero también un tanto extraña.
Los dos protagonistas madurarán como personas, empezarán a saber que es lo que quieren y lo que no en sus vidas. Tendrán que luchar contra los estereotipos del fútbol e incluso de sus familias, pero encontrarán apoyos mucho más cerca de lo que creen, que les ayudarán a avanzar en el camino que decidan seguir, ya sea juntos o por separado.
Un montón de preguntas surgen, pero se irán resolviendo a lo largo de los capítulos:
¿Podrá Pedri conseguir no enamorarse del chico hetero con el que le gusta jugar? ¿Hasta que punto puede llegar Gavi en este juego? ¿Le hará daño dejando que se enamore de él? ¿Que siente Gavi realmente? ¿La amistad se transformará en algo más? ¿Podrán mantener esta amistad en el tiempo o estará destinada a fracasar después de un montón de vaivenes?
Descúbrelo leyendo esta historia. Yo solo diré una pista: Nankurunaisa.
Dos jóvenes prodigios, unidos por el balón y por sueños compartidos. Pedri y Gavi, la nueva generación que deslumbraba al mundo del fútbol desde el corazón del Barça y la Selección Española.
Parecía que lo tenían todo: éxito, talento y una amistad inquebrantable. Pero, en los rincones de su relación, empezó a surgir algo que no entendían del todo. Algo más profundo, más intenso.
Entre victorias y derrotas, tuvieron que enfrentar el mayor desafío de sus vidas: descifrar sus propios sentimientos. ¿Sería aquello que los unía un vínculo eterno o una chispa que amenazaba con consumirlos?
Cuando el amor y la lealtad se mezclan, el camino no siempre es claro. Lo único que sabían era que estaban dispuestos a arriesgarlo todo, incluso el uno al otro, para descubrir qué significaba realmente.