Kawaki había sentido una infinidad de sensaciones a lo largo de su corta vida. La gran mayoría dentro del espectro negativo en esencia misma a lo que se refiere a sentir algo. Sintió su cuerpo arder y sangrar infinidad de veces ante los golpes duros e inflexibles en medio de las palabras hostiles e hirientes. Vivió en carne propia como cada centímetro de su cuerpo se desgarro hasta que no quedó nada y era reconstruido en base a la necesidad con la que se le permitió vivir, Kawaki se obligó a analizar cada amalgama de sensaciones estrictamente, hasta diferenciar la intensidad como impacto sobre sí mismo o al menos hasta que el aturdimiento se asentó en él y solo hubo indiferencia. Pero "esto" que sintió por ese hombre fue completamente diferente, una vorágine de sensaciones que arremolinaron su interior como un huracán, algo que infecto no solo su cuerpo, mente y corazón peor que cualquier otra enfermedad.All Rights Reserved
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