Mattheo Rinaldi, mi profesor. Lo odio lo juro. Siempre está un paso adelante mío, como si supiera exactamente que voy a hacer. Es un desgraciado calculador, tan seductor, frío, impredecible, sexi. No me permite siquiera discutir porque me castiga si lo hago. Es capaz de ponerme los pelos de punta, erizar mi piel. No quiero caer en sus juegos, carajo es mi maldito profesor, está prohibido, es imposible, ¿no?All Rights Reserved