El Sr. Im se llevó a la niña de ese lugar. Jeongyeon prácticamente había crecido en ese orfanato, y mientras los otros niños eran adoptados, ella se quedó allí porque nadie quería una niña tan esbelta. Sus brazos no habrían sido útiles para trabajar en los campos. Afortunadamente, el Sr. Im no parecía un granjero. Llevaba un bonito traje y corbata de moño marrones y una camisa blanca. Era muy elegante y también parecía bien culto.All Rights Reserved