Y pensar que un ambiente puede cambiar tanto, de una habitación en una cabaña cerca del rio en la mañana con los pájaros cantando, a una habitación con las luces tenues, con el ruido del agua del rio ocultando débilmente del cantar de dos amantes en la noche, de risas en la mañana, a gemidos y jadeos en la noche, de un hombre amable y cariñoso, a un hombre posesivo y pasional, y de una mujer hermosa e inteligente, a una mujer consumida por la lujuria que le encanta ser sometida.