El abismo de un corazón roto

A veces la vida se vuelve un teatro de máscaras, donde cada gesto y cada palabra están diseñadas para encajar en un papel que no nos pertenece. En esos momentos, el corazón clama un refugio donde solo la verdad de nuestro ser pueda respirar libremente. Es allí, en esa zona de vulnerabilidad, donde los poemas nacen como gritos silenciosos: no son palabras que busquen convencer, sino lágrimas que se derraman para limpiar el alma.

El desamor y el despecho son los protagonistas de este viaje interior. Cada verso es un paso hacia la liberación: una confesión cruda que disuelve la ilusión de una relación que ya no existe y abre espacio para sanar. Porque aunque el dolor se aferrara a nuestro día a día, la poesía se convierte en ese escape donde podemos sentirnos nosotros mismos sin máscaras ni artificios, dejando que las lágrimas se conviertan en la medicina que nos permite seguir adelante.