A veces en la vida necesitamos de un escape, de un lugar donde podamos sentirnos nosotros mismos sin ningún tipo de máscara cubriéndonos o fingiendo alguien que no somos, a veces necesitamos sacar las cosas y no precisamente con palabras, sino con lágrimas, aunque muchos digan que llorando no te lleva a una salida es una forma de sacarnos el dolor que guardamos en nuestra vida y alma, aquel dolor que nos atormenta en nuestro día a día. "Por más golpes que recibamos nunca tendrán el mismo afecto y dolor que las palabras puedan causarnos el tipo de daño que nos llegan a afectar de forma personal hasta de forma psicológica" La frase que dice "si te caes, aprendes a levantarte" es una muy buena a decir verdad... pero a veces no poseemos de aquella fuerza para poder levantarnos y el poder seguir adelante, a veces necesitamos de una mano extendida para ayudarnos a levantar, necesitamos de alguien que pueda escucharnos, necesitamos de un hombro en donde podamos apoyarnos y llorar, sobre todo necesitamos aquel apoyo incondicional que solo los pateticos humanos pueden ofrecer, y aunque sean pateticos, aquel "patetico ser humano" es lo único que necesitamos para seguir de vuelta a la carrera.
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