"Hasta un perro sabe proteger a los suyos." Kiara ya no es Kiara. No al menos Capaldi. Tras la muerte de su hermano Liam y la reciente y amarga noticia de que es adoptada, lo único que puede hacer es preguntarse cuál es su camino. Ya no puede confiar en su padre. Ya no puede confiar en su familia. Ya no puede confiar ni en sí misma. Y lo más perturbador para su ya desestabilizada mente: Hell se ha marchado. Reconstruyendo los trocitos de su felicidad perdida, Kiara decide no solo dejar atrás todas sus creencias y seguridad dentro del mundo de las mafias, sino dar un salto al vacío hacia lo desconocido. Lo único que debe hacer, piensa, es volver al principio, volver a recorrer los pasos que la han conducido a esa espiral de confusión y autodestrucción. Tal vez así vuelva a sentir cerca a Hell y el fuerte bombeo de sangre cargada de adrenalina desde el pecho hasta la última de sus terminaciones nerviosas.