Oía mi propia respiración, la notaba diferente a como había sido siempre, estaba asustado, todo parecía tan irreal... Entonces volví a sentir esa luz punzante en mi cabeza, rezaba para que no volviera a aparecer aquella imagen tan siniestra en mi cabeza. Mi propia mente me estaba advirtiendo de algo, pero aún no era el momento para que me diera cuenta de ello, todavía me faltaba madurar un poco más para entender lo ocurrido pero, ¿cómo iba a saber yo como entenderlo? No, todo tenía que llegar a su tiempo, si no el orden de las cosas cambiaría bruscamente, bajo sus ojos azabache se notaba el miedo, había llegado a una conclusión, a veces el silencio es bueno.All Rights Reserved
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