¿Alguna vez te has preguntado que es una maldición? ¿Aquel enfermizo veneno que se arrastra por tus venas, contaminando tu sangre y con ello tu destino? ¿Aquella rama llena de espinas que corta tu alma y hace que tu corazón llore? ¿Aquella promesa que alguien hizo para verte caer en la locura, la tristeza o la misma muerte? ¿Y si a esta maldición le agregamos tres romances? ¿Es posible no haber nacido y estar predestinado a ser maldito? ¿Cómo se puede efectuar una maldición? ¿Y como llegó esta a los tres herederos al trono de la famosa ''Ciudad de la Luz''?
Aleix, Meghan y Agnes no lo saben, pero con el paso del tortuoso tiempo y su falta de infancia, han logrado sacar provecho de esta. Pero las maldiciones no son regalos, son deseos malignos, nacidos del odio, el enojo y la venganza, que desea el peor daño a la persona a quien se la arroja, y lo más destacable es que siempre llevan a la tragedia.
Su retorcido secreto amenaza con ser descubierto, y ellos, con sus diferencias y similitudes, derramaran sangre, sudor y lágrimas por proteger aquello que quieren, cumplir sus ambiciones y tener un final feliz.
Pero no toda historia termina bien, y esta es una de ellas.
Prohibida la copia total o parcial de esta historia, usa tu imaginación y se original.
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.