- ¿Era esta tu fantasía? - Con voz ronca, De Paul habló. - ¿Tener sexo conmigo en un coche? - Tú que empezaste a molestarme e irritarme. - Las manos de Paredes se aferraron a la cintura del hombre tatuado. - No es mi culpa que no sepas controlarte hasta que lleguemos al hotel. - Prefiero estar aquí que en una cama.